1910 – Las conexiones que hicimos con la construcción del ferrocarril, cuyo cruce a Chile quedó establecido para el primer centenario de Argentina en 1910, nos permitieron ofrecer nuestros vinos en los vagones comedor que cruzaban la cordillera de los Andes, y también llevarlos a Buenos Aires, el gran mercado en la época. De esta manera, creamos el primer vino embotellado en origen para su comercialización. Y ese mismo año ganamos la primera distinción en un concurso por la calidad de sus vinos.